Poeta indispensable de las letras estadounidenses, comprometida, desde lo cotidiano, con su creación y el mundo, y con su tiempo a través de lo creado, esta semana Sharon Olds será galardonada con el XV Premio Leteo, una iniciativa que en los últimos años ha llevado a León a autores de la categoría de Paul Auster, Amélie Nothomb, John Banville, Michel Houellebecq, Martin Amis, Enrique Vila-Matas, Juan Gelman o Adonis, y que desde esta edición cuenta con el respaldo de LEER. La cita, este fin de semana en el MUSAC de León.
Naturalidad y crudeza
Por Marta Caballero
Probablemente nadie ha declinado jamás una invitación de una Primera Dama con la militante elegancia con la que lo hizo Sharon Olds (San Francisco, 1942) en 2005: “Muchísimos norteamericanos que sintieron orgullo por nuestro país ahora sienten angustia y vergüenza por este régimen vigente de sangre, heridas y fuego. Pienso en el lino limpio de tu mesa, los cuchillos brillantes y las llamas de las velas, y no podría digerirlo”. Estas palabras enviadas en una carta abierta se las dedicó a Laura Bush negándole su asistencia a los actos del Festival Nacional del Libro en Washington, y hablan muy bien de qué tipo de persona es la remitente. Poeta tardía, maestra en la autoindagación, feminista, honda y clara a la vez, intensa, llena de fuerza, la autora, uno de los pilares de la poesía norteamericana contemporánea y considerada una de las voces más importantes de este país, estará en León para recibir el Premio Leteo, una visita que representa una oportunidad única para que los lectores españoles se acerquen a su obra, según sostiene el también poeta Óscar Curieses, que actualmente está traduciendo para el sello Bartleby su libro The Gold Cell.
Poeta tardía, maestra en la autoindagación, feminista, honda y clara a la vez, es uno de los pilares de la poesía norteamericana contemporánea
El director de la Colección de Poesía de la misma editorial, Manuel Rico, destaca de la producción del Olds el apego a la cotidianidad, “a la realidad familiar, a lo que algunos críticos y traductores han llamado el exteriorismo”. Y añade: “Sus poemas abordan el dolor y la experiencia familiar con realismo pero sin desatender esas zonas misteriosas que lo cotidiano nos presenta”. Olds, que nació diez años después que Sylvia Plath y 14 después que Anne Sexton, engarza con una tradición que, como amplía Rico, mantiene un denominador común, “el canto a lo más próximo y vivido, la apelación a la memoria, el enfrentamiento del drama familiar y de la muerte con la naturalidad y la distancia emocionada de una poeta realista”. En la misma línea, su traductor ensalza el contraste entre la crudeza y la violencia con la ternura, especialmente en El padre, estremecedor libro, un verdadero exorcismo que está considerado su obra maestra y que en España también editó Bartleby, un poemario que se llena de amor para hablar de maltrato.
El feminismo es otra de sus constantes, una actitud que, sostiene Rico, conecta con el progresismo estadounidense de los sesenta, con las movilizaciones por los derechos civiles y contra la guerra de Vietnam. “Sus poemas reivindican a la mujer como sujeto integral independiente, como defensora de sus condición de ser humano en todas las circunstancias. Hay composiciones suyas como «El aborto» y «Conflictos», en las que su canto es un alegato contra el sufrimiento de las mujeres, contra su marginación histórica. En lo colectivo y en lo personal”.
Sus poemas abordan el dolor y la experiencia familiar con realismo pero sin desatender las zonas misteriosas de lo cotidiano
Poderosamente influenciada por Whitman, Olds, que es conocida en los círculos poéticos patrios, tiene pendiente, sin embargo, un encuentro mayor con los lectores del país. “Quien haya leído con gusto a Plath o a Sexton no puede obviar a Olds”, sentencia Rico, que reconoce que fue precisamente aquella edición de El padre en 2004 la que propició una audiencia mayor a su producción, de la que también han editado Los muertos y los vivos en 2006. Curieses aporta que en la actualidad es un referente de las nuevas poetas españolas: “Aborda temas poco expresados en la literatura de mujeres. El cuerpo es una figura recurrente en su obra, la materialidad del ser humano. Frente a las autoras confesionales, sus referencias son más cercanas para los lectores, elementos como la violencia o la amenaza de violencia, las relaciones paternofiliales… No es una diva ni una activista radical pero imparte talleres de creación literaria tanto en la Universidad de Columbia, donde se doctoró, como a enfermos en hospitales, esos contrastes hablan mucho de su mundo y de sus libros”.
Sharon Olds: «Mientras sea fiel a mi lado salvaje todo me parece bien»
Una entrevista de Ana Merino
En Secundaría leyó a Auden, E.E. Cummings, Whitman y Shakespeare, raíces de su amor por la poesía. ¿De qué manera relee a sus autores y en qué forma los versos le siguen impactando? ¿Puede darnos retrospectiva de su formación como lectora de poemas y de cómo estos le afectaron en diferentes momentos de tu vida?
De niña acudía a los servicios de la Iglesia Protestante Calvinista, esa religión donde ya está decidido antes de que uno nazca si se va al Infierno, con su fuego eterno, o no. Yo quería creer que estaba entre los no condenados mientras escuchaba los maravillosos Salmos y cantaba los Himnos de deliciosa armonía y aburrida letra. De este modo los domingos me encontraba expuesta al arte bueno y al arte malo; y a la metáfora representada por la verdad literal de la transubstanciación, de ese pan y de ese vino que eran la carne y la sangre de Jesús. A los catorce años comencé a leer las obras de teatro y los sonetos de Shakespeare. Y me sumergí en su vocabulario y en su gramática. Descubrí que pronunciarlo y deletrearlo era tan placentero que se sentía como un masaje en el cerebro.
Luego estaban algunos versos de Ezra Pound, terribles en su ideología pero hermosos; los que escribió cuando estaba prisionero en una celda, en una auténtica jaula de metal en Pisa. Se le acusaba de traición por haber hecho propaganda fascista en la radio durante la Segunda Guerra Mundial. Por lo que yo muchas veces me decía a mi misma: “What thou lovest well remains, the rest is dross” (“Lo que bien amas, perdura; lo demás es escoria”).
Después leí a muchos otros poetas estadounidenses como Gwendolyn Brooks o a Philip Levine, con esos poemas sobre la Guerra Civil Española que me impresionaron profundamente.
¿Cree que el contexto social y ser testigo de diferentes momentos históricos marca de forma clara la construcción de su yo poético? Su tiempo y su sociedad se reflejan muy bien en su obra…
Estoy de acuerdo en que los tiempos en los que vivimos se reflejan en la creación del artista. El amor sexual, el sexismo, la guerra contra las mujeres, todo eso son lugares de los que parten mis poemas. La mujer como un mero objeto doméstico, el riesgo de abuso contra el cuerpo femenino, o nuestras propias experiencias sexuales y las de otros, me han parecido temas sugerentes. Mi próximo libro, que se publicará en septiembre de 2016, es de odas. Incluye una oda al himen, una oda al clítoris, una oda al pene, una oda al tampón, una oda al condón; pero también una oda a mi blancura, a las cosas de las chicas, a los bigotes, a las estrías o a los últimos árboles de la ciudad de Nueva York.
¿De qué manera construye sus libros? En algunas ocasiones ha explicado que, de pronto, sus poemas se agrupan y forman un libro. Que muchos de sus libros no surgen de un plan preconcebido.
Efectivamente, no escribo libros, escribo poemas. Entonces, cada cuatro o cinco años, busco los que funcionan mejor, los extiendo por el suelo y trato de encontrar afinidades.
¿De qué forma piensa en un título cuando tiene todos esos poemas juntos? ¿Cuál resultó el más difícil e intenso? ¿Fue “El padre”?
La verdad es que “El padre” no me resultó duro de ordenar, puse esos poemas cronológicamente. Ya había experimentado antes con divisiones formales cuando organicé “los poemas para los muertos” y “los poemas para los vivos”; y ahora con las “Odas” trato de alcanzar un orden variado de forma que los poemas sobre el cuerpo no estén todos amontonados y evitar una saturación que pueda resultar desagradable.
Hay una tendencia a pensar que la poesía es una experiencia de la juventud efervescente, pero usted debutó a los treinta y ocho años. Es decir, llegó al espacio de los lectores con una voz tan madura y potente que ha hecho que cada uno de sus libros poéticos sea fabuloso. ¿Piensa que comenzar a publicar a esa edad hizo que su poesía fuera más sólida? Cuando uno mira sus libros descubre una voz única y muy auténtica, como si ya hubiera filtrado el sonido de otras voces en libros que nunca publicó.
Gracias por sus amables palabras. Tenía treinta años cuando comencé a dedicarme de lleno a la escritura, mientras ejercía como madre todo el día. Mi primer libro apareció cuando cumplí los treinta y siete. Todavía por aquel entonces era joven y salvaje. Ahora soy vieja y salvaje. Mientras sea fiel a mi lado salvaje todo me parece bien. Lo que ocurre es que, a diferencia de Louise Glück o Adrienne Rich, yo no había escrito nada que mereciera la pena hasta que apareció mi primera obra.
Siempre hay gente que le pide consejos para los jóvenes poetas. ¿Puede darnos consejos para los viejos?
Lo mismo que les digo a los jóvenes poetas. Toma vitaminas, baila, nada. No bebas mucho vino. No tomes drogas. Háblate a ti mismo con dulzura y protege tu corazón (eso lo he visto escrito en las aceras de Nueva York).
Su primer libro ‘Satán dice’ fue un comienzo clave que tenía una mirada contundente. Sus escritos ofrecen una voz llena de precisión que va desde lo biográfico a la invención literaria y fabrican pura poesía con imágenes muy explícitas…
Siento intensamente al hombre y a la mujer, los temas de género y raza, o cómo tratan los padres a los hijos. Tengo muchas cosas que elogiar: el amor, el sexo, los hijos. Amo las palabras y tengo la suerte de que los símiles llegan a mí, a mi brazo y a mi bolígrafo, y que mi habilidad intuitiva va más allá de las estructuras tradicionales. Me encanta saltarme la estructura de los versos tradicionales: ponme un límite dibujando una raya en la arena y me lo saltaré.
Toma vitaminas, baila, nada. No bebas mucho vino. No tomes drogas. Háblate a ti mismo con dulzura y protege tu corazón. Son mis consejos para el poeta
¿Qué puede contar sobre su proyecto Goldwater? ¿De qué forma entiende la responsabilidad de los creadores con el mundo?
Aquellos que hemos sido privilegiados por la educación, las circunstancias, el tiempo y el lugar en el que nacimos, somos muy afortunados. Además poseemos un talento en el que nuestro corazón, nuestra mente, nuestra alma y pensamiento político pueden danzar, y los programas de escritura creativa son lugares perfectos para repartir esa suerte que tenemos. El compromiso de la Universidad de Nueva York ha estado activo a través de los años en una prisión de mujeres, en escuelas secundarias especiales y en una unidad oncológica infantil. Nuestros estudiantes del MFA ayudan a que los niños, algunos de ellos terminales, y sus padres escriban juntos. Nuestro programa de talleres más antiguo es el del Hospital Isador Goldwater Memorial, un hospital estatal de novecientas camas para gente gravemente limitada. Algunos de los escritores de esa clase no pueden moverse o hablar. Ese programa ha estado funcionando durante casi treinta años, y los talleres de escritura para veteranos de Afganistán o Irán llevan funcionando seis años. La amistad entre “maestros” y “estudiantes” en esas comunidades es igual de enriquecedora para ambas partes. Tres de nuestros estudiantes graduados enseñan en Goldwater durante el otoño y otros tres durante la primavera.
¿Cree en el futuro?
No lo sé. Me preocupan demasiado los niños, las mujeres y hombres jóvenes, la libertad, la opresión, la intolerancia, los árboles, las flores, los pájaros, el aire, la Tierra.
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Yo también soy Leteo
Por Rafael Saravia
Resulta que en el norte de España, en una pequeña ciudad como es León, se celebra desde principios de siglo un encuentro muy especial en torno a la literatura. Unas jornadas culturales que en este año cumplen su XV aniversario. Esto tal vez no debería ser especialmente reseñable si no fuera porque estas jornadas, organizadas por una asociación sin ánimo de lucro, y actualmente sin ningún respaldo institucional, han convocado en esta ciudad, León, a lo más granado de la literatura internacional.
Las Jornadas Leteo nacen por iniciativa de un grupo de jóvenes escritores de León que se dan cuenta de que la gran programación literaria en España se centralizaba en Madrid y Barcelona, frente a otras escenas literarias importantes pero sin los medios ni las ganas de desarrollar una programación de primer orden. En aquel momento –hablamos de 2001– no existían festivales tan importantes como Cosmopoética en Córdoba o el Hay Festival de Segovia, y las I Jornadas Leteo nacen con un afán muy concreto: acercar y dar a conocer lo mejor de la literatura mundial a los lectores del noroeste español. Siempre desde la perspectiva de un grupo de escritores veinteañeros con hambre de aprender y descubrir.
El primer galardonado fue un poeta. Uno de los grandes, aunque todavía no había sido encumbrado y popularizado con el Premio Cervantes o el Reina Sofía. Antonio Gamoneda abría una vía por la que circularon muchos más. Por nuestra ciudad pasaron año tras año escritores de la talla de Belén Gopegui, Gonzalo Rojas, Fernando Arrabal, Michel Houellebecq, Amélie Nothomb, Martin Amis, Adonis, Paul Auster, Enrique Vila-Matas, Ledo Ivo, Juan Gelman, John Banville o Erri de Luca –que no pudo acudir pero lo hará en breve–. Este año, el XV Premio Leteo recae en la mejor poeta viva estadounidense, Sharon Olds.
Además de traer a una ciudad como León a estas personalidades literarias, el Club Leteo quiso generar una cultura de base realizando cada año encuentros, lecturas y, sobre todo, un sello editorial que apostase por el riesgo y la calidad. Más de 40 publicaciones atestiguan nuestro buen hacer. Con textos difíciles de grandes autores como Ildefonso Rodríguez, Miguel Suárez o Eduardo Milán, o de jóvenes inéditos como Carlos Loreiro, que acabó ganando el Premio Nacional de Poesía Joven con el libro publicado en Ediciones Leteo en el 2013.
Leteo nace hace 15 años con un afán muy concreto: acercar y dar a conocer lo mejor de la literatura mundial a los lectores del noroeste español
En nuestra andadura nos han acompañado lo mejor de la literatura de nuestro país. Juan Carlos Mestre, Luis Alberto de Cuenca, Ray Loriga, Alberto Olmos, Juan Barja, Rodrigo Fresán, Félix Grande, Jesús Hilario Tundidor, Agustín Fernández Mallo, Jorge Riechman, Manuel Rico y un larguísimo etcétera. O de la ilustración, como Toño Benavides, Martín, Raúl Allén, Modesto Llamas, Paula Escanciano, Dadanoias, Guzpeña, el artífice de nuestro premio Amancio González y otro sin fin de artistas plásticos.
Ahora, en el año que celebramos tres lustros, necesitamos más que nunca que tú seas parte de este proyecto. Contamos con el apoyo de LEER como patrocinador oficial, además del apoyo de la Fundación Monteleón y la Fundación Cerezales Antonino y Cinia. También de muchos ciudadanos como tú que ya se han querido sumar a este proyecto para que la literatura de primer orden pueda seguir disfrutarse en ciudades pequeñas como León. Por eso comenzamos la campaña Yo también apoyo Leteo, a través de la cual podrás hacerte Amigo de Leteo por tan sólo 50 euros al año. Con Esta aportación, haces posible que grandes escritores como Sharon Olds puedan charlar y dialogar con sus lectores del noroeste español, pero también podrás conseguir unos beneficios fantásticos en torno a la literatura, como por ejemplo una suscripción anual a LEER. Además de las publicaciones de cada año del Club Leteo y un descuento del 50% en el fondo de catálogo de Ediciones Leteo. Puedes informarte en la página de Leteo en LEER, revistaleer.com/club-leteo/, o escribiendo a .
Creemos que la gran literatura no debe ser monopolio de las grandes metrópolis. Con tu aportación, seas de la ciudad que seas, respaldas esta filosofía y esta manera de entender una cultura plural.
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Programación de las Jornadas Leteo 2015
- Sábado 19 de diciembre
Entrega XV Premio Leteo a Sharon Olds,
con lectura de sus poemas
Interviene Oscar Curieses
MUSAC. 20:30 horas - Domingo 20 de diciembre
Mesa redonda Los muertos y los vivos. Panorama de la poesía de Olds en España
MUSAC. 12:30 horas - Lunes 21 de diciembre
Presentación de la novela Una historia de Anar Khan (Ediciones Leteo) de Alfonso Barguñó Viana
Librería Artemis. 20:30 horas - Martes 22 de diciembre
Presentación del poemario Impajaritable de Julio Obeso González (Ediciones Leteo)
CaféRistán 20:30 horas - Martes 29 de diciembre
Noches de R. Burns
Clausura de las Jornadas Leteo con la poeta Ruth Miguel Alonso
Chelsea British Bar. 21:00 horas