En este tiempo en que lo digital aparece como el gran vórtice donde todo confluye y que toda atención atrapa, hay un puñado de viejos inventos y estrategias que demuestran que lo venerable no es sinónimo de obsoleto. Uno de ellos es la ópera. Aunque las espectaculares escenografías actuales se beneficien de la última tecnología, los mimbres básicos del espectáculo apenas han variado. La ópera representa una de las más acabadas convergencias de las diversas artes, y en este arranque del XXI goza de un extraordinario momento de calidad artística y acogida popular.
En tanto que teatro, la ópera necesita escritores. Y ahí entra la literatura, materia prima de la ópera desde su origen: primero la poesía como portavoz de los mitos clásicos y vernáculos, luego el propio teatro y finalmente, a partir del XIX, la novela.
El doble aniversario del Teatro Real de Madrid –veinte años de su reapertura, doscientos de su fundación– y el estreno de Bomarzo, la ópera de Alberto Ginastera para la que Manuel Mujica Lainez hizo libreto a partir de su propia novela, ofrece el pretexto para abordar la evolución de los términos de este feraz encuentro de letra y música.
Ópera y Literatura: su relación, o la confluencia de una en otra, protagonizan el número de abril de LEER. Tomás Marco reflexiona sobre un vínculo que se remonta al origen del género dramático musical, mientras Blas Matamoro, que se ha aproximado a Manucho y Ginastera en su reciente libro, Con ritmo de tango, desentraña su colaboración artística y el escándalo que la obra suscitó en la pacata Argentina de la dictadura de Onganía. Sobre Bomarzo hecha libreto, la relación de la literatura con la ópera y los aniversarios del Real conversamos también con Joan Matabosch, director artístico del coliseo madrileño.
Bomarzo tendrá exposición en la Biblioteca Nacional en torno a la novela y su trasfondo temático, la Italia del Cinquecento. Pero ahora en la Nacional hay una extraordinaria muestra dedicada al gran renovador de la lírica hispana, Francisco Asenjo Barbieri. Una figura imponente que resurge como merece gracias al trabajo de uno de sus grandes conocedores, el musicólogo Emilio Casares, que pone el contrapunto al despliegue operístico con un esclarecedor artículo sobre el creador de la zarzuela moderna.
Es el argumento principal de un número de abril de LEER abundante en propuestas y sugerencias. Víctor Márquez Reviriego se encuentra para su Auténtica Entrevista Falsa con Ramón de Campoamor en el centenario del nacimiento del poeta, político e historiador, un todoterreno vilipendiado por Azorín que fue espejo de la Restauración. Y en clave infantil y juvenil, Ada del Moral recopila la mejor literatura en torno a los lobos, depredador implacable y nobilísimo animal que en su ambivalencia ha fascinado desde siempre al ser humano.
En las páginas de recomendaciones analizamos el último Goncourt, la Canción dulce de Leila Slimani que acaba de editar en España Cabaret Voltaire; y entre otros muchos la Sylvia de Celso Castro, el Premio Málaga de María Tena, la correspondencia Fortún-Laforet, los versos completos de Elizabeth Bishop y Alejandra Pizarnik, los Diarios de Francisco Candel… Además, el traductor y académico Miguel Sáenz habla de Territorio, recreación de su infancia y juventud en Ifni; entrevisamos a Silvia Herreros de Tejada, que en La mano izquierda de Peter Pan reivindica a Barrie como oráculo de una sociedad en crisis; y Marcello Fois explica la vigencia y virtudes de la novela río a propósito de Estirpe, primera entrega de sutrilogía sobre la saga sarda de los Chironi que publica en España Hoja de Lata.
Después de años curioseando en bibliotecas de escritores, lo que ha dado frutos como su reciente libro Los reinos de papel, Jesús Marchamalo recala en LEER y se estrena en nuestras páginas visitando la de la escritora Pilar Adón. Estas bibliotecas que publicaremos en adelante son reflejo del ciclo de encuentros que Marchamalo celebra en el Centro Tomás y Valiente para el Ayuntamiento de Fuenlabrada, y que tendrá sus próximas citas los días 18 y 20 de abril con Marta Sanz y Javier Reverte, respectivamente.
Todo esto y mucho más en un número de abril de LEER que también anticipa la próxima edición de La Noche de los Libros. Por cuarto año consecutivo participamos en el programa promovido por la Comunidad de Madrid, y lo hacemos en clave sediciosa y clandestina. Nos hemos acordado de La Fiera Literaria, el libelo que, entre los últimos 90 y primeros 2000 y desde la aparente insignificancia, desempolvó los usos de las viejas querellas literarias y consiguió alterar los ánimos de buena parte de los escritores españoles del establecimiento. En homenaje a aquella aventura reflexionaremos sobre la crítica literaria radical y los riesgos de ejercerla en nuestro país. Os esperamos en nuestra casa el próximo 21 de abril.
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