El empresario mexicano Bernardo Domínguez es el impulsor de uno de los proyectos editoriales más ambiciosos de las últimas décadas en España que incluye librería y restaurante.
Es a la grande. Pero lo suyo no es un simple órdago, porque se nota que este sello editorial barcelonés vinculado al grupo mexicano DSC está creciendo estratégicamente. Sin prisa, con tiento. Pero sin pausa. Sus cuarenta títulos al año (se sumaron recientemente más quince de la editorial Jus y veinte de los Libros del lince) se quedarán cortos en 2017. En los últimos meses de 2016 cogió velocidad táctica, cogió el gusto a las guerras relámpago y ahora comunica la incorporación a su ya familia numerosa los sellos de Salto de Página, Biblioteca Nueva y Barataria.
Malpaso ya batalla, a todos los efectos, en primera línea de fuego. No hay riesgo de que muera de éxito, es buena la planificación diseñada por sus responsables. Lo hacen muy bien, y, no menos importante: nos hacen saber que lo hacen muy bien. El mérito de esta visibilización recae sobre el director de comunicación José de Montfort, profesional sensible a las tendencias y exigencias actuales del sector, y a la promoción a través de nuevos canales.
Este otoño, que trajo el nacimiento de la línea en catalán con las memorias de Bruce Springsteen, se han cumplido tres años del despegue de los primeros lanzamientos de Malpaso, se recuerda bien en las redacciones la llegada de Siempre supe que volvería a verte, Aurora Lee de Eduardo Lago, y de la colección de inéditos La cartera del cretino de Kurt Vonnegut. Bastaron un par de cubiertas para dejar grabada en nuestra retina la potente imagen de marca, plástica epifanía de lo que estaba por llegar.
Lo que no se podía percibir aún era el posicionamiento ideológico a la izquierda de la casa. Pero, por ejemplo, sí quedaba patente, igualmente a primera vista, una postura nítida respecto a la problemática digital, con el anuncio en las tapas de que una versión en e-book o “libro metafísico” se dispensaba gratuitamente por cada ejemplar en papel. Era reflejo del último punto del llamado Decálogo Malpaso, promulgado para toda esa comunidad virtual a la que la editorial viene dedicando muchos esfuerzos: “Malpaso cree en el papel y también en el digital. Malpaso cree en los textos”. El resumen de la filosofía corporativa apunta también a la coherencia por norma, al fortalecimiento de un catálogo compacto a pesar de la heterogeneidad, capaz de “conformar todo un discurso literario y ensayístico”. De todo esto surge el apoyo creciente al “ensayo comprometido o ensayo de combate”, con publicaciones como Trump: Ensayo sobre la imbecilidad de Aaron James. En rigor, las colecciones son de Ficción (“Alas para volar”), No ficción (“Cuando la realidad se supera”), Música (“Iconos que lo cantan todo”), Malpasito (“Grandes libros para pequeños lectores”) y El hombre del TR3S (“Ensayos que explican el mundo que vivimos”). No puede dejar de citarse que la mexicana editorial Jus, de la que comenzamos a tener cada vez más noticia en España, pertenece también al mismo grupo empresarial DSC fundado por Bernardo Domínguez.
Junto a la editorial y la librería, el restaurante mexicano Malpaso se alza como “punto de encuentro chingón para estimular las charlas y la imaginación”
Lo cierto es que la coordinación de acciones a uno y otro lado del charco exige un contacto diario que se convoca desde un salón de videoconferencia en las amplias instalaciones editoriales barcelonesas, recién estrenadas, situadas en el número 657 de la Gran Via de les Corts Catalanes. Entre estas paredes, la intensa actividad se permite incluso el desarrollo de aparatosos procesos creativos de diseño de portadas sin regateos al despliegue artístico. El equipo de LEER tuvo oportunidad de comprobarlo in situ con motivo de los preparativos del vídeo promocional de Las altas montañas de Portugal de Yann Martel. Fue la víspera de presentación en la feria Liber de Globalbook, plataforma tecnológica de servicios de información (exclusivos para la industria editorial, el canal distribuidor y el gremio de los libreros) con cuyo director general Albert Pérez Novell también LEER se entrevistó en la sede editorial.
Ver, oír y leer
Dentro del plan de expansión de la empresa, es imprescindible destacar dos hitos, bastante cercanos en el tiempo, que este año nos cogieron por sorpresa. En primavera, con el compromiso de mantener a su veterano fundador Enrique Murillo como editor emérito, Malpaso anunció la adquisición en un 98% de la editorial independiente Los libros del lince, dedicada a temáticas críticas como Ecología y globalización, Periodismo y nuevo periodismo, Economía y crisis, Guerra, terrorismo y represión… Después, este otoño hizo efectiva la compra del 70% de las acciones de la editorial Dibbuks, especializada en cómics para todos los públicos, novelas gráficas, cuentos ilustrados de estilo principalmente europeo y libros para niños. Ambos movimientos comerciales posicionaron directamente a Malpaso en nichos de mercado apetecibles y competitivos que ya completan una parte relevante de su oferta de contenidos.
La siguiente fecha destacada es el pasado 14 de noviembre, día de la inauguración de la librería Malpaso. No obstante, un mes antes ya había abierto sus puertas a pesar de que los libros colocados aún no alcanzaban el techo en todas las estancias. Vencieron (y convencieron) las ganas del entusiasta librero Bernat Colomer, que apresuró los tiempos de acceso del público a este diáfano establecimiento, de dos plantas y varios ambientes, donde el blanco minimalista se vuelve efervescente gracias al cromatismo de las columnatas de 8.000 libros (4.000 títulos) reunidos por editoriales que se suceden en orden alfabético (todo un placer estético de lector sibarita encontrar, por ejemplo, el conjunto de los Gigamesh junto a los Galaxia Gutenberg e Impedimenta) sobre 140 metros cuadrados de superficie. Ubicada en el Eixample, apenas a un par de minutos de trayecto a pie desde la editorial, en el número 331 de la calle Diputació, se presenta como “un nuevo modelo de librería generalista y de barrio para el siglo XXI”.
Desde el principio se tuvo claro que no sólo se venderían los libros de la propia editorial. Por supuesto, los de Malpaso ocupan a la entrada una pared privilegiada. Algo lógico.
La de Malpaso se presentó en sociedad como un nuevo modelo de librería generalista y de barrio para el siglo XXI
Por tanto, no es su avistamiento la verdadera sorpresa de bienvenida al atravesar la puerta de cristal del “Pasen y lean”, sino el hecho de que las mesas de novedades hayan sido sustituidas por mesas temáticas cuya oferta se articula de acuerdo con selecciones conceptuales tanto genéricas (Música, Ensayo de Combate…) como específicas (Barcelona antes de Cobi, Ochomiles literarios…) que van cambiando periódicamente. “Cada una de ellas trata un tema que desarrollamos a partir de una selección de títulos de lo más variada; en el caso de la Barcelona preolímpica, por ejemplo, se encuentran desde novelas míticas hasta crónica periodística, libros de fotografía, ensayo o cómic underground”, difunde Colomer en redes sociales. Respecto a los Ochomiles literarios, explica que “sólo hay catorce montañas en el mundo que midan más de 8.000 metros sobre el nivel del mar y por eso no es extraño que constituyan una categoría aparte; y en literatura, los ochomiles, más frecuentes quizá porque el calificativo no tiene tanto que ver con la extensión como con la excepcionalidad, la calidad y la singularidad, son retos para el lector, lecturas imprescindibles, textos clave para entender un momento, clásicos incuestionables o ejemplos de la tenacidad de sus autores, cuya lectura garantiza, cuando acabamos de leerlos, una satisfacción parecida a la que experimentaron Edmund Hillary y Tenzing Norgay cuando alcanzaron la cumbre del Everest”. Por tanto, a los criterios de actualidad se unen otros que permiten “rescatar libros perdidos en la saturación del mercado editorial”, y con ello se quiere potenciar el trabajo de librero como prescriptor y “conseguidor” de descatalogados o inencontrables. Sobre todo, atención al detalle: las mesas tienen ruedas. Esto facilita la versatilidad de la sala para adaptarse a las necesidades de cada momento; del público, que nunca tendrá la misma experiencia de visita dos veces; de las incesantes actividades previstas. Porque la programación de Malpaso acoge presentaciones de obras, encuentros con autores, cuentacuentos, pequeñas exposiciones artísticas o talleres como el de Sugestión a la Escritura en colaboración con Prostíbulo poético el primer y último sábado de cada mes hasta junio.
Otro de valor añadido son servicios como “listas de libros acordes con los intereses particulares de cada cliente”. Tampoco pueden olvidarse la sección infantil, el corner de la exquisita firma Octaevo, la zona exclusiva de Phaidon, el rincón de la lectura con silloncito, el llamativo top de ventas y el panel de mensajes con frases de escritores. Y como guiño cómplice, el estand para personalizar la compra a la salida, que pone a disposición del público unos tampones diseñados por José Luis Merino.
Delicatesen de literato
Tras visitar “el salón de la editorial”, la última parada es “la cocina”, en el número 59 de la calle de Girona. Se llega doblando la esquina, en menos de un minuto de trayecto a pie. Este tercer vértice que cierra el equilátero de Malpaso se alza como “un punto de encuentro chingón para estimular las charlas y la imaginación; fogón de ideas, párrafos, páginas y capítulos narrados por la gente del barrio, donde siempre es buena hora (mañana, tarde y noche sin descanso) para dejarse caer y abrir el apetito o tomarse una copa como quien abre un libro, con ganas de ser sorprendido, de disfrutar y llegar a un final redondo”. La gastronomía corre a cargo del chef mexicano Eduardo González. Lo literario, a cargo de clásicos como Julio Cortázar con su palabra decorativa en grandes caracteres. Se trata de un recinto acogedor, intimista y, a la vez, alegre. La pared principal junto a la barra va cambiando motivos estéticos en función del libro estrella de cada temporada. Está recorrida por una escalera que lleva a la planta superior, donde aún resuenan los ecos del brindis por el Año Nuevo. Se corrobora. Prometedor, muy prometedor 2017 para Malpaso.
MAICA RIVERA (@maica_rivera)
Este artículo ha sido publicado originalmente en el Extra de Navidad Diciembre 2016-Enero 2017, número 278, de la edición impresa de la Revista LEER.