Hace cuarenta años, España estaba en vilo. La lenta agonía del jefe del Estado a la espera de la consumación del hecho biológico, el eufemismo con que se mencionaba en los medios oficiales el inevitable sic transit del Caudillo, no hizo sino intensificar el suspense previo a un desenlace observado por los españoles con sentimientos dispares. El 20 de noviembre algunos brindaron –y Joan Brossa hizo del brindis soneto, su crudo “Final”–, aunque tal vez la mayoría observaba lo que estaba por venir con temor, incertidumbre o una cautelosa ilusión.
España entró en un torbellino de acontecimientos que desembocó en la aprobación de la Constitución de 1978, y Franco y su régimen quedaron, más pronto que tarde, relegados al desván de la vergüenza, eclipsados además por el éxito abrumador de la Transición. Pero pasados 40 años, la sombra del dictador se proyecta todavía sobre la sociedad española y la democracia que reemplazó su régimen autoritario. Ahora que el sistema de libertades nacido entonces presenta evidentes síntomas de agotamiento, aquel éxito parece fatalmente contaminado del pecado original de su origen. La continuidad legal e institucional ofreció una evolución ordenada y pacífica; quizá también un sistema con fecha de caducidad.
Este uno de los puntos de vista –explorado de la mano de Tom Burns Marañón y su último libro, De la fruta madura a la manzana podrida (Galaxia Gutenberg)– de este número de LEER enfocado sobre el aniversario redondo de la muerte de Franco. Además, algunos de los más importantes historiadores españoles –Santos Juliá, Antonio Elorza, Julián Casanova, Carmen Sarasúa, Manuel Ortiz Heras y Teresa María Ortega– analizan el estado de la historiografía sobre el dictador y su régimen: ¿quedan campos por abordar? ¿Existen lagunas, faltan papeles? ¿Sigue pesando la ideología? También recordamos a Torcuato Fernández-Miranda, el llamado “guionista de la Transición”, que este mes de noviembre hubiera cumplido 100 años. Tras la muerte de Franco, el paso “de la ley a la ley” que propició una Transición (relativamente) pacífica a la democracia fue posible gracias al influjo y la tutela del prócer asturiano, preceptor del Rey Juan Carlos y prohombre del franquismo. LEER ha reunido a su sobrino nieto, el periodista Juan Fernández-Miranda, autor de una biografía titulada precisamente El guionista de la Transición (Plaza & Janés), y a José Manuel Otero Novas, uno de los hombres de Adolfo Suárez que ayudaron a implementar los cambios legales e institucionales necesarios para alcanzar un régimen de libertades y que este año ha publicado sus memorias políticas, Lo que yo viví (Editorial Prensa Ibérica).
El editor Rafael Borràs Betriu, que desde la colección Espejo de España que creó para Planeta publicó la mayoría de los testimonios de los protagonistas del franquismo, ofrece su particular aproximación al aniversario. Y el contrapunto lo ofrece Víctor Márquez Reviriego, dedicando su Auténtica Entrevista Falsa a un auténtico exiliado, Max Aub. El broche lo pone Joaquín Bardavío, autor reciente de El reino de Franco. Biografía de un hombre y su época (Ediciones B), que habla de la relación del dictador y sus hermanos.
Franco, lo que queda de él, es el tema principal de un número de LEER repleto sin embargo de propuestas . Ya en quioscos y librerías de toda España (también puedes suscribirte).