¡Comenzamos a llenar las maletas de libros! Al fin, li-te-ral-men-te, podremos #LEERsinprisa, bajo la sombrilla, en la falda de la montaña, entre amigos, sobre la hamaca, bajo la luna de verano, rumbo hacia nuevos parajes exóticos.
M: Llevo toda la semana fascinada con la luz espléndida que atraviesa nuestros ventanales en este tiempo de estío, me gusta imaginar cuentos de hadas con los reflejos de colores sobre nuestra flora en plena ebullición estival… ¿Te acuerdas de eso tan precioso que decía Eliot, jefe? “Yo he visto todas estas cosas en un rayo de sol”… Ando ensimismada con esos versos todos estos días, frente a la cristalera. Por eso, ha sido una grata sorpresa recibir El jardín japonés (Tecnos), para ponerme los pies sobre la tierra en el mejor de los sentidos, la fértil tierra de nuestro parterre particular. ¿Sabías que el jardín japonés se entiende popularmente como una obra de arte? Lo explica Menene Gras Balaguer en la introducción, para advertirnos que “como construcción cultural del paisaje natural, no es un fenómeno que pueda abordarse como un hecho de cultura, que ha conservado su individualidad en el transcurso de los siglos desde su implantación en Japón procedente de China, más bien al contrario, la necesidad de comprenderlo comparativamente desde diferentes perspectivas y culturas parece haberse intensificado con el giro geográfico experimentado en la ciencias sociales durante las dos últimas décadas”. Y, muy importante para nosotros, la Coordinadora de Cultura y Exposiciones de Casa Asia juzga que “pese a la fuerza de la tradición, la permanencia del simbolismo asociado al jardín japonés cabe atribuirse a su reactualización permanente tanto en la literatura contemporánea con autores como Osamu Dazai, Natsume Soseki, Kigo Abe, Yasunari Kawabata, Yukio Mishima, Kenzaburo Oé, Haruki Murakami y Banana Yoshimoto, entre otros, como parte de influyentes maestros jardineros, paisajistas y arquitectos”. Estas primeras páginas son lo suficientemente sugerentes para meter la obra en la mochila a pesar de que no es un peso ligero. Para reflexionar sobre “qué es y no es entre la espacialidad y la temporalidad del paisaje”, y disfrutarlo en la mejor época del año.
B: ¡Todo un mundo en un jardín! Y de la naturaleza domesticada a la que no lo está. Bien lo sabemos en esta Casa, y nos lo recuerda periódicamente Pedro Cáceres, autor todos los meses de las Páginas Verdes de LEER: las obras de divulgación sobre historia natural “están muy escasamente representadas en nuestro panorama editorial, a diferencia de lo que ocurre en otros países vecinos”. Así lo expresa Gustavo Renobales en la carta de presentación de su recién estrenada editorial, Libros del Jata, y de su primera referencia, La historia natural de Selborne. Las cartas dirigidas por el cura anglicano Gilbert White a los zoólogos Thomas Pennant y Daines Barrington conforman el meollo de este auténtico clásico constantemente reeditado en Inglaterra desde su primera publicación en 1788. Una celebración de la naturaleza y el mundo rural fruto de la atenta observación y de la apasionada expresión de lo observado del cura White.
M: Me lanzo a la poesía con el libro que fue I Premio de Poesía Playa de Ákaba. ¡Me llegó esta semana con afectuosa dedicatoria incluida! Le agradezco mucho las atenciones a Josep Piella Vila, autor de este poemario cuyo título, El caminante de hojalata, me coloca sobre el sendero de baldosas amarillas. Promete “caminos de oscuridad y pérdidas” pero también “puntos de luz y esperanza, porque en el arte de aprender a perder reside el arte de aprender a vivir”. Cómo resistirse a su lectura, ¡a la mochila también!
B: De la lírica (malos tiempos…) a todo lo contrario. Marx, como el psicoanálisis, vuelve periódicamente. Un comportamiento cíclico, como la economía que todo lo determina. Ahora experimentamos una de esas crestas de popularidad del gran teórico del materialismo histórico al calor de una crisis que todavía hoy se despliega en inesperadas consecuencias. Y es que “Marx se hubiera sentido muy identificado con el lema del 15-M: No somos mercancía en manos de políticos y banqueros”. Lo señala César Rendueles en el prólogo de la biografía de Karl Marx del escritor y periodista británico Francis Wheen. Un libro que frente a volúmenes más sesudos de la tradición pro y anti marxista y/o marxiana, nos acerca al Marx más humano y presenta adaptados a los estándares e inquietudes del lector y ciudadano de hoy sus propuestas teóricas. “Un Marx más modesto y limitado que el titán teórico y político” acuñado por la historia, señala Rendueles, pero que sigue ofreciendo atinadas formulaciones sobre algunas de las estructuras de nuestra civilización.
M: Ah, jefe, recuerda que la próxima semana acogeremos a nuestro querido Álvaro Cortina Urdampilleta en Espacio LEER. Llegado directamente desde Chile, sin apenas haber tenido tiempo de dejar las maletas en el umbral de su dulce hogar español, vendrá a instruirnos sobre cuestiones filosóficas. En su honor, me entrego este fin de semana a la lectura de Roberto Bolaño, al que nuestro compañero de #comandoLEER considera un auténtico autor de referencia sociológica y estética para su generación, como explicó en el número de febrero, dentro del marco de la #G30LEER. En concreto, decido coger de la mesa de novedades un clásico, de color rojo en la reedición de bolsillo de Anagrama, y cuya intensidad cromática se mantiene en el contenido: La literatura nazi en América (Anagrama), “una antología vagamente enciclopédica de la literatura filonazi producida en América desde 1930 2010, un contexto cultural que, a diferencia de Europa, no tiene conciencia de lo que es y donde se cae con frecuencia en la desmesura”.
B: Mira, este libro recién llegado te va a interesar particularmente, porque encajaría a la perfección en tu reportaje sobre duelos literarios publicado en el número de abril de LEER. Este bellísimo Rondó para Beverly (Alfaguara) pertenece a esa literatura que responde a la pérdida familiar “atenta al detalle con una sensorialidad epifánica” y que “se desmarca del eufemismo, la grandilocuencia y la autoayuda”, como decías entonces. Este pequeño libro de John Berger y su hijo Yves es un conmovedor homenaje a la esposa y madre muerta, una colección de impresiones escritas y dibujadas (Yves es pintor) de la mujer amada que se inicia un mes después de su fallecimiento con la escucha del Rondó nº 2 para piano de Beethoven. “Durante casi nueve minutos, por lo menos, fuiste ese rondó, o ese rondó se convirtió en ti. Contenía su levedad, tu persistencia, tus cejas arqueadas, tu ternura”, confiesa Berger, que añora a su compañera de cuatro décadas como esposo, pero también como escritor: “Casi todas las páginas que escribí durante esos años te las enseñé primero a ti”.
M: Tomo nota. Y sigo con Anagrama pero cambio al color amarillo crema para releer una novela que me gustó bastante, como casi todo lo de Amélie Nothomb: Cosmética del enemigo (colección Compactos). Se nos recuerda en la contraportada que su publicación constituyó “el gran acontecimiento del otoño de 2001 en Francia, donde agotó en la primera semana una tirada de 150.000 ejemplares”. A mí, desde luego, me conquistó con Metafísica de los tubos y, desde entonces, a pesar de las muchas matizaciones críticas que plantearía en relación a la evolución de su literatura, la realidad es que no me pierdo uno de Nothomb…
B: Si hubiéramos sabido de la inminente publicación de este libro cuando preparamos nuestro número de junio y su cover dedicada a la arquitectura y sus lecturas, sin duda le hubiéramos dedicado una generosa atención. En Fotografía y arquitectura en el siglo XIX. Historia y representación monumental (Cátedra), su autora, la profesora de Historia del Arte de la Complutense Helena Pérez Gallardo, estudia el nacimiento de la fotografía y su inmediata instrumentalización como herramienta documental de monumentos y proyectos arquitectónicos de nueva planta, atendiendo particularmente a la historia de la fotografía arquitectónica y monumental en España, un trabajo que estaba por hacer y que desmiente la idea de que nuestro país quedó al margen de las rutas del Gran Tour fotográfico.
M: Hablando de viajes, el mío es hoy circular. Retorno al punto de partida: el sello Tecnos. Leeré este fin de semana el Almanaque Dadá de Richard Huelsenbeck. Se trata de un libro sencillamente irresistible con ese punto divertido y provocador que tanto me gusta, en su justa medida. “Hay que ser lo bastante dadaísta para poder adoptar una actitud dadaísta frente a su propio dadaísmo”, dice Simón Marchán Fiz en el prólogo. Continúa advirtiendo que “Dadá no se puede comprender, hay que vivirlo”. Así que, sin más, cojo la mochila, me la echo al hombro y, obediente, me marcho con todo el arsenal y cruzo al otro lado del jardín para emprender nuevas lecturas, ¡nuevas aventuras!
B&M #LEERsinprisa