SIETE AÑOS DESPUÉS de ‘Blood on Paper’, la antológica exposición de libros de artista comisariada para el Museo Victoria and Albert de Londres, Elena Ochoa Foster organiza en Madrid “Books Beyond Artists”, una suerte de continuación enriquecida de aquella muestra. La editora de Ivorypress ofrece a LEER las claves de una cita imprescindible.
A lo largo de la historia, el proceso de creación que culmina en una obra de arte ha sufrido grandes cambios, transformaciones, rupturas e incluso involuciones. Pero, ¿qué ocurre cuando es el objeto artístico el que evoluciona hasta convertirse en algo distinto a lo que venía siendo habitual y sancionado por las academias? Desde esta reflexión podemos revisar la dinámica vertiginosa de transformación a la que el arte se ha visto sometido durante el siglo XX, y nos permite situarnos en el contexto actual para abordar el nacimiento, la evolución y la actual consolidación del libro de artista. Una realidad que no podría haberse materializado sin que anteriormente el mercado artístico llegara a la conclusión de que el libro de artista es en sí mismo una obra de arte, sea fruto del propio artista o resultado de un proceso reflexivo sobre un momento creativo o repaso de su trayectoria.
Tras una primera exposición en el Victoria and Albert Museum de Londres celebrada en 2008, Elena Ochoa Foster presenta en Madrid, a través de su editorial Ivorypress y en su espacio madrileño de la calle Comandante Zorita, una exposición continuadora de la citada anteriormente, denominada Books Beyond Artists. Words and Images.
¿Qué novedades ofrece ‘Books Beyond Artists’ respecto a ‘Blood on Paper’, la exposición del V&A?
Esta exposición en Ivorypress supone un paso cuantitativo y cualitativo hacia adelante con respecto a Blood on Paper en el Victoria and Albert Museum. Desde la edición completa de Los Caprichos de Goya supervisada por el artista hasta el libro/biblia de la luz y el color en cristal de Olafur Eliasson o el libro de artista en tres dimensiones creado por William Kentridge… Books Beyond Artists explora materiales: del cobre al hierro, del cristal al papel elaborado con piedras y paja, la tela o el terciopelo, a la pintura y el color, a la forma y el contenido en palabras o sugerencias conceptuales, el plomo o el fuego. También explora conceptos y relaciones entre la literatura y las artes plásticas, las fronteras del papel y la palabra, el video y la escultura hecha libro. Pienso en el libro de Jenny Holzer o en Isidoro Valcárcel, Dieter Roth o Boetti, Noguchi o Miquel Barcelo.
¿Cómo ha evolucionado el panorama del libro de artista desde aquella cita?
Los artistas investigan materiales y toman riesgos cada vez mayores y difíciles en contenidos y formas, tamaño y formatos. Ponen a prueba su creatividad hasta límites impensables. El libro que estoy realizando con William Kentridge será un buen ejemplo.
Un libro de artista tiene que ser construido entre el editor y el artista, trabajarse al unísono. Si no, no funciona
Elena Ochoa Foster lleva desde 1996 al frente de la editorial Ivorypress. En 2002 lanza su primer libro de artista, dedicado al artista vasco Eduardo Chillida. Posteriormente serán publicados libros de artistas de la categoría de Anthony Caro, Francis Bacon, Anish Kapoor, Ai Wei Wei, Maya Lin… Reflexionamos con ella acerca del mundo editorial de libros de artista y de arte.
Como editora de libros de artista, ¿qué criterios tienes en cuenta a la hora de elegir o encargar un proyecto?
Confiar en el artista, que su obra me afecte emocional o intelectualmente. En suma, que admire su obra. Luego, por supuesto, viene la química; que nos entendamos. Un libro de artista es un camino largo, un proyecto que tiene que ser vivido y construido entre el editor y el artista. Tiene que entenderse y trabajarse al unísono. Si no, no funciona.
¿Cuál es el mercado actual del libro de artista? ¿Hay un verdadero coleccionismo particular o depende mucho de la inversión institucional?
Coleccionistas e instituciones. Los libros de artista realizados y producidos por Ivorypress están en museos, fundaciones y colecciones privadas.
Un filón creativo
El de “Libro de artista” es un concepto relativamente nuevo, una interrelación entre expresiones artísticas que sólo había sido esbozada por los ejemplos de las vanguardias históricas del siglo pasado, como el libro de Matisse sobre el jazz o el del artista ruso Aleksandr Ródchenko realizado junto al poeta Vladímir Maiakovski. Actualmente es un filón creativo, un nuevo espacio donde poder ofrecer al espectador formatos poco habituales en una obra de arte, portátiles, cercanos… Ha propiciado además el nacimiento de un nuevo mercado de obras de arte orientado al mundo editorial, en el que los artistas tienen una novedosa área donde poder expresarse y crear.
Los artistas investigan y toman riesgos cada vez mayores. Ponen a prueba su creatividad hasta límites impensables
Del mismo modo que en el arte conceptual, ¿crees que el proceso de creación de un libro de artista puede llegar a ser más importante que el propio objeto resultante?
Al final el resultado es lo que queda… El proceso se esfuma en el tiempo. Merece la pena como prueba personal, pero es el resultado final lo que merece y añade belleza y otra dimensión al universo del libro, del material, de la palabra… Lo cuenta muy acertadamente Anselm Kiefer en el librito Los Argonautas publicado por Ivorypress en la serie LiberArs, una colección de libros de artista diseñados en contenido y forma por los propios artistas, en la que Ivorypress solo impone el tamaño (diminuto) y la portada, aunque no su color. El interior, en contenido, forma y material, es creado por el artista.
LiberArs es un proyecto muy personal y único. A los artistas les fascina poder realizarlos pues saben que son asequibles a todos los públicos. Llegan a todas partes. Solo publicamos dos mil y se agotan rápidamente. Fue y es y sigue siendo un intento de Ivorypress por hacer llegar a quién quiera libros de artistas cuyo precio comienza en 17 euros. Artistas como Kiefer o Francis Alÿs, Richter o Cabrita Reis, Santiago Sierra o Richard Long, Cristina Iglesias, Thomas Demand, Thomas Struth o Vik Muñiz, entre otros muchos, participan en esta colección que ofrece el equilibrio esencial para la editorial frente a los libros de artista elaborados y creados con materiales difíciles y producción complicada, caros por su producción y por tanto solo asequibles al público general a través de museos e instituciones. Algunos artistas, como Richard Long o Kiefer, han participado en los dos extremos del péndulo de Ivorypress.
De todas tus publicaciones, ¿cuál consideras que ha sido el que ha conseguido un diálogo más fluido entre el mundo artístico y el literario?
No puedo contestar con sinceridad a su pregunta. Todos son mis criaturas. Pero si me fuerzo diría que el libro de Eduardo Chillida. Fue el primer libro de artista publicado por Ivorypress, con la colaboración no solo de Eduardo, sino también de su mujer Pili y de su hijo Ignacio, y también de John Berger y Carlos Fuentes… Fue una experiencia editorial llena de satisfacción, búsqueda y aprendizaje. Fue memorable. Como lo fue luego trabajar con Sir Anthony Caro, Richard Long y Richard Tuttle, o pasar cinco años trabajando en el Mews de Francis Bacon. Un privilegio histórico y una experiencia creativa y emocional inefable.
¿Puede ser el fotolibro el más asequible o democrático de los libros de artista o estamos ante otro género de publicación?
Hay libros de artista de fotografía excelentes. Los fotolibros de Sophie Calle, Penelope Umbrico o Boltanski son libros de artista que, con otros fotolibros, se expondrán en Books Beyond Artists a partir del próximo 24 de febrero en Ivorypress.
RAMÓN DÍAZ VILLA
BOOKS BEYOND ARTISTS. Words and Images
Ivorypress Space
Comandante Zorita, 48. Madrid
Del 24 de febrero al 9 de mayo de 2015
Una versión de este artículo aparece en el número de febrero de 2015, 259, de la Revista LEER. Disponible en quioscos y librerías, y en el Quiosco Cultural de ARCE (suscríbete).
En la imagen superior, ‘I want to spend the rest of my life everywhere’ (2005), de Damien Hirst. (Ramiro Casal / Ivorypress).