Resiliencia en compañía
El concepto de resiliencia es relativamente nuevo. Fue adoptado en psicología del mundo de la ciencia; un acierto que permite plantear lo mejor para resolver cada circunstancia de desamparo. En Nuevas miradas sobre la resiliencia, Boris Cyrulnik, uno de sus principales divulgadores, recuerda que este término técnico se aplica al mundo vegetal: “Un suelo es resiliente –dice– cuando tras un incendio la flora y la fauna se recuperan, vuelven a la vida, aunque no del mismo modo que antes. Aparecen una nueva flora y una nueva fauna, a veces muy bellas pero distintas”. En ingeniería es una característica que mide la flexibilidad y adaptación de los materiales. Así, el diccionario de la Real Academia Española señala que es la “capacidad de un material elástico para absorber y almacenar energía de deformación”, pero también –y esta es una entrada reciente– la “capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobre ponerse a ellas”.
Desde hace años, la editorial Gedisa mantiene una colección imprescindible referente a la resiliencia. En este nuevo volumen se ofrecen contribuciones que amplían ámbitos y prácticas de tal concepto. Stefan Vanistendael trata del necesario cambio de mirada y del grave error de etiquetar a un niño como irrecuperable. Jean-Pierre Pourtois se orienta hacia la bondad del optimismo. Joseba Azkarraga busca la resiliencia local: “Consumimos más de lo que el planeta es capaz de reponer y producimos más residuos de los que el planeta es capaz de absorber”. Tres chilenos –Eugenio Saavedra, Jorge Barudy y María Angélica Kotliarenco, respectivamente– desglosan su diversa aplicación desde la edad y el mundo rural o urbano hasta la experiencia de terremotos, los programas de prevención y tratamiento del sufrimiento infantil, así como la resiliencia comunitaria. José Luis Rubio y Gema Puig hacen un trabajo de juego imaginativo. Gloria Elena Gil trata de la complejidad y el holismo. Óscar Pérez-Muga desarrolla el asunto del acogimiento familiar y del apego en la adopción. Finalmente, Anna Forés, Jordi Grané y Rosa Maria Ollé reflexionan sobre las organizaciones del futuro, con unas características que requieren no resignarse a ser reos del destino de una adversidad. Aprovechan el concepto surafricano de Ubuntu, regla y actitud propugnada por Nelson Mandela. Así, afirmarán que “la comunidad se encuentra cuando se descubre una unidad de propósito con otras personas. Una organización resiliente es una organización con Ubuntu».
MIQUEL ESCUDERO
Gedisa. Barcelona, 2014 256 págs. 19,90 euros Una versión de este artículo ha sido publicada en el número de octubre de 2014, 256, de la edición impresa de la Revista LEER. Cómpralo en quioscos y librerías, o mejor aún, suscríbete.