Gonzalo Anes (1932–2014)
Desde que en 2003, mediada la elaboración del Diccionario Biográfico Español, se asomara a las páginas de LEER para presentar la gran obra de la Real Academia de la Historia, Gonzalo Anes, fallecido ayer en Madrid a los 82 años, ha sido una presencia habitual en esta revista. Ocupando en mayo de 2008 el escaño de La Conversación del editor de esta casa, José Luis Gutiérrez, que sería volcada posteriormente en su libro Gente Rara (Sial/LEER, 2009). Después, en 2011, cuando nos mostró orgulloso la materialización de los esfuerzos del equipo del Biográfico encabezado por su director técnico, Jaime Olmedo; sus dieciséis primeros volúmenes.
Un año después asistimos a su presentación solemne ante los Reyes en la Real Academia de la Historia. El reflejo de aquello en LEER tuvo necesariamente que incorporar la polémica que días después se desató a propósito de la biografía de Francisco Franco realizada por Luis Suárez, en la que el historiador evitaba deliberadamente las palabras dictador y dictadura para referirse al personaje y su régimen. Aquello puso en marcha una desproporcionada campaña de descrédito, periodistas espigando en los volúmenes que iban saliendo en busca de otras biografías atacadas por el bicho de la reacción. “Vienen todos los días a hojear el Diccionario y no encuentran nada; simplemente porque no quedan franquistas que puedan escribir biografías con ese sesgo”, respondía Anes entonces. “Se ha querido propalar que el diccionario evita llamar dictador a Franco y dictadura a su régimen, y eso es mentira. Hay cientos de biografías en las que se llama dictador a Franco y al régimen dictadura”, añadía Olmedo en los primeros compases de la polémica.
Lo cierto es que afloró alguna biografía más que hirió sensibilidades, y entretanto llegó la proposición no de ley aprobada por el Congreso para congelar la subvención al Diccionario, la comunicación del Ministerio para revisar la obra, el nombramiento de una Comisión Académica, la revisión de varias entradas… Menos de una cincuentena entre las más de 40.000 biografías. Durante el proceso, Gonzalo Anes atrajo hacia sí toda la potencia de la polémica, las críticas justificadas y las menos, liberando de la presión mediática al esforzado equipo del Diccionario, responsable de coordinar a miles de autores y de gestionar una base de datos con casi un cuarto de millón de personajes históricos.
Vimos a Anes por última vez el pasado mes de diciembre, durante la presentación en la Casa de ABC de la reedición de La sinagoga vacía de Gabriel Albiac; su acostumbrada «fina, esbelta y fibrosa estampa de jinete» (Gutiérrez dixit), la lucidez de su magistral intervención sobre las condiciones económicas de los Países Bajos en tiempos de Spinoza, no hacía prever su muerte. Echaremos de menos a Anes, siempre afectuoso con esta casa, especialmente en el trance del fallecimiento de nuestro editor. Algunas de las palabras más emocionantes de las pronunciadas en el homenaje a José Luis Gutiérrez celebrado en el Ateneo de Madrid el 25 de junio de 2012 fueron suyas. Aquí va nuestro recuerdo.
BORJA MARTÍNEZ