La revolución digital viene poniendo patas arriba nuestra forma de entender y de experimentar el mundo, y por supuesto de leerlo. Una vez reposado el debate del formato, el reto del libro es su integración funcional en un nuevo ecosistema repleto de oportunidades apenas exploradas.
Hablamos con expertos españoles en la materia y buscamos algunas de las propuestas más innovadoras.
Uno de los rasgos culturales más interesantes de este arranque de siglo es la obstinada vigencia del romanticismo. Conviviendo con cierta deshumanización y la adicción a las máquinas-prótesis que extienden nuestro cuerpo y nuestra experiencia, que complementan nuestras aptitudes y nos remodelan, el romanticismo sigue ahí. Puede servir lo mismo a la sentimentalización de la política que abona populismos de nuevo cuño o a la resistencia de la gente a las vertiginosas transformaciones impuestas por la revolución digital. El XXI tiene pinta de superar con creces al XX como siglo de la paradoja.
Puede decirse que el libro como artefacto popular nació en el XIX. Quizá por eso algunos tópicos utilizados para la defensa de su soporte tradicional –físico, de papel, encuadernado– frente al formato volátil, vigilado y expuesto a la distracción permanente del libro electrónico vengan infectados de romanticismo. No es otra cosa su reivindicación apelando a la “experiencia inigualable” del tacto o el olor del papel. Esa evocación sensorial ya no se sostiene, si es que alguna vez lo hizo. Porque la fragancia y el tacto de algunos libros dejan bastante que desear. Porque ya hemos asimilado que la experiencia, romántica por supuesto, de la lectura al calor del hogar es compatible con el más moderno dispositivo; y sobre todo porque el nuevo paradigma ya está aquí y es irreductible. Lo cual no supone un desprecio del libro convencional –defendámoslo sin atacar su dignidad: tiene cualidades objetivas e imbatibles más allá de la cursilería– sino la constatación de que el mundo del libro debe adaptarse de una vez y del todo a la nueva situación.
Hay un nuevo horizonte de posibilidades para la creación, la comercialización, la comunicación o la gestión que hasta ahora han sido poco aprovechadas
El debate sobre el libro digital se ha remansado. La desesperación con que se buscó el nuevo formato durante lo peor de la crisis ha dejado paso a la constatación de que la transición será paulatina y que habrá convivencia de soportes. Y que el verdadero reto es buscar la integración del libro en el nuevo paradigma digital, y eso es algo que sólo en parte tiene que ver con el formato. En todos sus eslabones –desde el autor al lector pasando por el editor, el distribuidor, el librero, el bibliotecario– la cadena de valor del libro encuentra en la revolución digital un nuevo horizonte de posibilidades para la creación de contenidos, la comercialización, la comunicación, la gestión o la financiación que hasta ahora sólo han sido parcialmente aprovechadas.
¿Hacía dónde vamos?
Hablamos de ello con Javier Celaya, uno de los profesionales españoles más reputados en materia de transiciones digitales en el mundo de la cultura, particularmente en el sector del libro. Fundador de la consultoría Dosdoce.com, este año se ha hecho cargo de la dirección académica del Congreso del Libro Electrónico que los días 16 y 17 de noviembre ha celebrado en Barbastro, Huesca, su cuarta edición. Celaya le inyectó su afán de innovación y anticipación desde el mismo título de la sesión inaugural: Hacia dónde vamos. ¿Cómo será el mundo del libro en el año 2025? Un congreso que ya desde sus contenidos evidencia una superación del marco de discusión. Ya no se trata de explorar el desarrollo del libro electrónico, sino de la adaptación del libro al entorno digital. Y en ese sentido todo libro es ya, podría decirse, electrónico.
Incluso lo que sucede fuera de las pantallas pasa hoy por ellas, y ahí el libro debe jugar sus bazas para encontrar su sitio en el nuevo orden digital
Pocas semanas antes de la cita de Barbastro, Celaya presentaba el estudio que por tercer año consecutivo Dosdoce.com ha elaborado para CEDRO sobre la consolidación de los modelos de negocio en la era digital, incluida una encuesta a 450 profesionales editores asociados, de los cuales ya sólo un 5% se declara antidigital. Interrogados acerca de lo que han hecho y lo que tienen pensado hacer en la materia, “lo más interesante es”, señala Celaya, “que si en los últimos tres años se han dedicado sobre todo a comercializar sus productos por unidad vía comercio electrónico a través de tiendas como Amazon, lo que prevén hacer en los próximos tres años es entrar en plataformas de suscripción” y otros “modelos disruptivos” como pagar por leer. “El antecedente está en el mundo de los videojuegos. Antes se vendían en cajas, y ahora el soporte físico apenas representa el 30%. El resto del negocio está en la nube y en las plataformas de suscripción, en las cuales vas pagando según vas avanzando e incluso la primera parte es gratis”.
El libro adopta estrategias de una mercancía nativa audiovisual como el videojuego, porque como este ya es un producto de pantalla, que es donde hoy se juega la gran partida del consumo cultural. Porque incluso lo que sucede fuera de las pantallas pasa hoy por ellas, y en ese espacio de filtrado de la realidad el libro debe jugar sus bazas para encontrar su sitio en el nuevo orden digital. “Si el editor juega, la tecnología le va a devolver experiencias equivalentes al resultado del boca oreja del libro analógico, pero muy mejoradas. Además, es necesario acercar la lectura a la gente que se ha criado con los nuevos lenguajes. Hay que introducirlos en el libro. Cuanto antes lo entienda el mundo editorial, mejor para todos”.
De la misma opinión es José Luis Verdes. Socio de Celaya en un proyecto embrionario de una comunidad de lectores de textos para editoriales, Manuscritics, Verdes ha desarrollado para el diario El País Librotea, una plataforma de recomendación de libros que con menos de un año de vida ha formado parte del palmarés de los últimos LovieAwards, los más prestigiosos galardones europeos de Internet. “El mundo de la música, o el del cine y la televisión, ha sabido reinventarse y generar nuevos formatos y nuevas formas de ofrecer lo que la gente quiere como y cuando quiere”, señala Verdes a LEER. “¿Y qué ocurre con el mundo del libro? ¿Cómo es posible que el mayor sector cultural de la industria, porque el 40% del sector cultural en España es el libro, sea el que menos ha abrazado las nuevas tecnologías que han salvado a la música o el cine? Hay grandes proyectos como 24Symbols, o Nubico, que además cuenta con el apoyo de un grupo tan potente en temas de desarrollo de negocio y tecnología como es Telefónica, que no han tenido el respaldo de la industria. ¿Cómo es posible que ni los grandes grupos ni muchas veces las editoriales medianas y pequeñas estén apostando decididamente por proyectos así? Todo lo que refuerza un negocio y una buena idea es bueno para la industria, y no tengo la sensación de que todo el mundo piense lo mismo”.
El libro mejorado
“Los nuevos entornos tecnológicos son los que generan más dolor entre aquellos menos preparados para modificar sus antiguas estructuras de valores, pero, aunque se lamenten, la revolución ya ha acaecido”. Lo decía McLuhan en el 69 y lo cita oportunamente Joaquín Rodríguez, autor del blog futurosdellibro.com, en su artículo del penúltimo número, el 104, de Telos, la revista de pensamiento sobre comunicación, tecnología y sociedad de la Fundación Telefónica, dedicado precisamente al futuro del libro en la era digital. En un texto lleno de sugerencias, Rodríguez constata que “cuando todos los medios que conocíamos son susceptibles de ser digitalizados –la escritura, el cine, la música– se genera una nueva forma de hibridación, de confluencia, que a su vez genera una forma de expresión necesariamente distinta, combinada y agregada, que estamos todavía aprendiendo a construir y a descifrar”. En este estadio intermedio en el que nos encontramos, imprevisible pero predecible, cabe vislumbrar que las narrativas serán, ya lo son, transmedia, pero que esa misma confluencia “potencia y realza lo más exclusivo de la naturaleza de los medios precedentes” y no excluye, ni mucho menos, los soportes analógicos. Una realidad que después del parto del libro digital se verifica hoy en día en el mundo editorial.
Es necesario acercar la lectura a la gente que se ha criado con los nuevos lenguajes. Hay que introducirlos en el libro
En el mismo número de Telos, el director de la Feria de Frankfurt, Juergen Boos, incide en un aspecto clave: la capacidad de irradiación del libro respecto al resto de medios. “Lo que sucede en la era digital es que los libros comienzan a impregnar nuestras vidas mucho más que antes. El ingeniero puede aplicar conocimiento con la ayuda de un libro mejorado, que contiene características de realidad aumentada o características de realidad virtual, lo cual proporciona acceso a una mayor base de datos de conocimiento, así como a una comunidad. El lector de una novela puede pasearse por una ciudad extranjera y una aplicación le indicará cuándo pasa por el café favorito de uno de sus héroes literarios. Y los estudiantes pueden aprender con todos sus sentidos, mediante audio, vídeo y texto, conectados con sus colegas y profesores”.
En esa cualidad “renacentista” del libro como vórtice mediático reside su potencial en la era digital y la búsqueda de valor y negocio. Y sugiere que el futuro pasa por la cooperación con unos nuevos actores –desarrolladores, ingenieros y demás creadores de entornos digitales– necesitados de contenido.
“En la medida que la industria refuerce proyectos sólidos y de envergadura, alrededor van a surgir un montón de proyectos más. Hoy en día se pide a los jóvenes que se lancen, ¿pero con qué base, si la industria en el caso nuestro está completamente estancada?”, lamenta Verdes. “Por ser completamente honestos, que en los últimos siete años las ventas han caído casi un 40%, y es verdad que eso no solamente contrae la cuenta de resultados sino la manera de pensar. Pero es cuando más está cayendo una industria cuando con más entusiasmo hay que trabajar para hacer cosas nuevas”.
*Este artículo se ilustra más arriba con la imagen corporativa del Congreso de Barbastro, realizada por el Estudio Veintiocho de comunicación Creativa, y que representa de manera muy gráfica la cualidad dual del libro en el nuevo orden digital.
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INNOVACIÓN EN ESPAÑA: DIEZ CASOS
Los proyectos descritos a continuación sintonizan con esa necesidad de reimaginar el papel del libro en el contexto digital
“Antes había que mirar fuera, pero ahora en nuestro país hay mucha innovación que orgullosamente tenemos que tener en cuenta a la hora de reimaginar el mundo del libro”. Javier Celaya está al tanto como pocos de lo nuevo que se está haciendo en torno al libro, y ha llevado algunos casos notables al congreso de Barbastro, donde tuvo lugar la primera edición de los ePrizes, premios a la cultura digital y la innovación en el sector. He aquí algunos de ellos, y otras iniciativas que no hacen sino explorar las nuevas vías y oportunidades que ofrece el campo digital a la expansión de la experiencia del libro y la lectura.
TEKSTUM
Finalista en los Quantum InnovationAwards de la última Feria del Libro de Londres, Tekstum utiliza la inteligencia artificial y el Big Data, es decir, los datos disponibles en la red, para analizar el comportamiento y las preferencias de los lectores. Pero ya no se trata de computar datos simples derivados de las listas de libros más vendidos o las habituales puntuaciones, sino de “reconocer semánticamente las emociones de los usuarios”. Tekstum analiza reseñas y comentarios de libros y genera por medio de técnicas de lingüística computacional datos objetivos de las opiniones de los lectores basados en sus emociones. Lo explicaba aDosdoce.com Lauren Romeo, directora científica de Tekstum: A través de un algoritmo propio “proporcionamos un análisis científico en tiempo real de las opiniones, comentarios y reseñas que los lectores realizan en plataformas literarias, blogs y redes sociales” para “ofrecer información cualitativa del mercado del libro a los distintos agentes del sector”. Herramientas como Tekstum “permiten hacer escalable lo que antes se hacía individualmente”, señala Celaya, y demuestran “que profesiones de vanguardia se están interesando en el mundo del libro”.
NARRATORES
Celaya prevé un “renacimiento del audiolibro” gracias a experiencias como la que ofrece Narratores, “combinando texto con imágenes y apostando por la calidad”. Narratores ofrece “las mejores voces con el mejor sonido” para unos libros magníficamente ilustrados disponibles en descarga directa sin suscripciones. Cada libro de hecho es una aplicación, con un menú claro y sencillo y un sistema de reproducción y navegación inmejorables para escuchar y ver las obras. Hasta ahora han publicado Brujarella, escrito y dibujado por Iban Barrenetxea, y clásicos como Otra vuelta de tuerca de Henry James, El fantasma de Canterville de Oscar Wilde y Orgullo y prejuicio ilustrados respectivamente por Ana Juan, Boa Mistura y Riki Blanco. Están disponibles en la Apple Store por sólo 2,99 euros.
KOMILIBRO
La experiencia del zaragozano Javier Calvo Labat como profesor de literatura de secundaria le animó a diseñar con el programador Juan Mengual una herramienta que pusiera fácil la lectura a unas nuevas generaciones no demasiado familiarizadas ni con el hábito lector ni mucho menos con las categorías del canon literario impartidas en los planes de estudios. Con sólo dos toques de pantalla en función de sus preferencias, el usuario de Komilibro encontrará una recomendación a su medida acompañada de los comentarios de otros usuarios. Historias cotidianas, Monstruos, Magia, Misterio, Peleas y Batallas, Otros Mundos e Historias de Amor son las opciones iniciales que se refinan en la siguiente pantalla, y que el usuario si lo desea puede condicionar añadiendo filtros de género, orientación, tipo de lenguaje, nivel de complejidad o incluso número de páginas. Uno de los finalistas como proyecto más innovador en el sector editorial en el IV Congreso de Barbastro.
PICKINGIDEAS
Como su propio nombre indica, Pickingideas es un recolector de esas grandes frases y reflexiones que a todo lector habitual le saltan a la vista durante sus lecturas y que tradicionalmente se han capturado subrayando el libro o anotándolas en algún sitio. La app de Pickingideas, todavía en fase beta –disponible por invitación para los interesados–, ofrece “atraparlas, personalizarlas y compartirlas de un modo sencillo”. El usuario puede tomar una fotografía de la página del libro, seleccionar el texto y darle el formato que desee para compartirlo en sus redes sociales, y también acceder a los repositorios de ideas de los demás usuarios.
GAMEMOTIV
Experiencias como Gamemotiv ilustran a la perfección el cambio profundo que la revolución digital está propiciando en nuestras estructuras de pensamiento y de asimilación del conocimiento. Es el cumplimiento de la profecía mcluhaniana, que hablaba de desalfabetización pero sin ánimo admonitorio, sino descriptivo: la remodelación de nuestras conciencias fruto de la exposición a la pantalla. Anticipando ese cambio mental, Gamemotiv desarrolla aplicaciones de aprendizaje basadas en estudios neurocientíficos para optimizar la adquisición de conocimientos y competencias a través de la llamada gamificación, el microlearning –unidades de contenido que no requieren más de 15 minutos diarios– y otras técnicas de asimilación adaptadas a las dificultades de cada usuario. Gamotiv ofrece servicios de formación médica continuada a través de Medicis App y cursos de formación interna para empresas. Se trata, en palabras de Celaya de “transformar historias textuales en libros de texto visuales”.
CUBUSGAMES
Los gamebooks o videojuegos narrativos de este estudio creativo ubicado en Barcelona actualizan el concepto de hiperficciónexplorativa o librojuegos popularizados en los 80 gracias a colecciones como Elige tu propia aventura. Por sólo 2,99 euros –aunque encontramos su DeadmanDiaries a sólo 0,99 en Google Play para Android– garantizan entretenimiento narrativo de primer orden gracias a las múltiples alternativas que ofrece cada relato. Todos ellos –cinco hasta ahora, con un sexto, TheFrankensteinWars, en desarrollo– están realizados en inglés, y algunos además en español y catalán. Un ejemplo de cómo el libro puede aprovechar un formato de éxito, ahora mismo el más lucrativo del mundo del entretenimiento, como son los videojuegos para acceder al nuevo paradigma. “Para quienes dicen que esto no son libros”, advierte Celaya, “son historias del siglo XXI contadas para lectores del siglo XXI”.
CREATIVECHAIN
El desarrollo de la computación en red permite la creación de soluciones revolucionarias a viejos problemas. Así, la tecnología blockchain y su aplicación específica para publicaciones, mediachain, ofrece la posibilidad de imprimir a cualquier creación en formato digital una identidad incorruptible que garantice su atribución y facilite el rastreo de su utilización y la gestión de los derechos de autor. Sobre esta tecnología se basa un proyecto español, Creativechain, premiado como el más innovador en el último congreso de Barbastro. Si la tecnología blockchain permite registrar, trazar y visualizar en un archivo público descentralizado todas las conexiones que se generen entre cualesquiera creaciones, Creativechain ofrece a los usuarios la posibilidad de “certificar de manera imborrable la autoría y licencia de cualquier obra o creación” enfocado a “personas creadoras que producen cultura libre” a través de licencias como CreativeCommons. Se trata de ofrecer seguridad jurídica descentralizada y articular retribuciones o donaciones en criptomonedas alternativas como Bitcoin.
THE SPANISH BOOK STAGE
“A raíz de la crisis todos nos reconvertimos, porque lo que había antes desapareció o se redujo tanto que no quedaba más remedio”, reconoce a LEER Javier Celaya. Y pone un ejemplo. “Fruto de la coyuntura, muchas personas que han salido de empresas clásicas del sector han montado nuevos negocios. Dos agentes literarias, Martina Torrades y Anna Ascolies, han creado TheSpanish Book Stage (TSBS), una agencia de derechos de libros en español. Y es en inglés porque está orientado al mercado internacional”. Manuel Gil, flamante nuevo director de la Feria del Libro de Madrid, le dedicaba recientemente un artículo en su blog Antinomias Libro. “Uno de los efectos positivos que está teniendo Internet sobre el sector del libro es el surgimiento de herramientas en entorno web, muchas de las cuales vienen a corregir defectos y disfunciones” del ecosistema del libro. “Uno de estos defectos era el de la compra-venta de derechos”. TSBS es la primera plataforma online que informa en tiempo real sobre la compra y venta de derechos de libros en lengua española, ofreciendo a sus suscriptores un registro exhaustivo de toda la actividad profesional del sector y el acceso a una potente base de datos con los principales actores implicados en ella (editores, agentes literarios y traductores) en todo el mundo hispano. El 70 por ciento de agencias y multitud de editoriales utilizan ya sus servicios, lo que demuestra la demanda que existía de una plataforma de estas características.
GLOBALBOOK
Como aliado tecnológico de libreros y editores para la rentabilidad de sus negocios y bajo el lema “comprar mejor para vender más, devolver menos y reducir costes”, Globalbook presentó en la última edición de Liber una plataforma que demuestra cómo las nuevas tecnologías pueden hacer más eficiente el funcionamiento de eslabones esclerotizados de la cadena del libro como la distribución, apostando de paso por uno de los que más ha sufrido con la crisis como es la librería. Globalbook ofrece un soporte de conexión permanente entre libreros y editoriales en los que unos y otros podrán llevar una gestión completa y ordenada de sus ventas con datos actualizados diariamente. Los libreros disponen de manera gratuita del análisis de sus datos de ventas y pueden compararlos con los de otras librerías similares. Los editores a su vez pueden recibir datos reales y diarios de las ventas de sus títulos por distribución geográfica presentados de una manera analítica y contrastada. Además, funciona como canal de información del sector, ofreciendo noticias y una completa agenda.
LA LECTORA FUTURA
También canal de información del sector editorial, pero sobre todo punto de encuentro, La lectora futura se postula como ágora virtual en la que puedan converger todos los profesionales del mundo del libro en español a ambos lados del Atlántico. Con Antonio Marín (creador de la escuela editorial y empresa de servicios editoriales Cálamo y Cran) como socio fundador, Teresa Peces (una veterana del periodismo y directora durante veinte años de la revista Delibros) como directora editorial y corresponsales en México, Argentina y Perú, La lectora futura –en femenino, como Librotea– quiere ser referencia ineludible para estar al tanto de lo que sucede en el mundillo. Es a la vez red social especializada, directorio de profesionales, agenda y gaceta informativa que además de actualización diaria publicará revistas y monográficos. Todo a través de su web y de la aplicación que estará disponible muy pronto.
BORJA MARTÍNEZ (@BorjaMzGz )
Este artículo ha sido publicado originalmente en el Extra de Navidad Diciembre 2016-Enero 2017, número 278, de la edición impresa de la Revista LEER.