La Guerra Fría según Follett
Con El umbral de la eternidad, Ken Follett completa su trilogía The Century, una saga literaria que sigue de cerca a tres generaciones de cinco familias: una galesa, una inglesa, una rusa, una alemana y otra estadounidense. En la primera entrega, La caída de los gigantes, el autor recoge la Primera Guerra Mundial, el sufragio femenino y la Revolución rusa; en la segunda, El invierno del mundo, la Guerra Civil española, la Segunda Guerra Mundial y los inicios de la Guerra Fría; y con esta última, El umbral de la eternidad, los nietos de los protagonistas de la primera entrega viven la guerra de Vietnam, los movimientos antirracistas y la caída del Muro de Berlín.
Sin duda la primera entrega ha sido la más satisfactoria. La segunda alcanza cotas extremas de dureza, como el fragmento en que dos muchachas alemanas, Rebecca y Carla, son cercadas por soldados rusos y una de ellas pide que la violen para salvar a su amiga. Ambas viven cuando arranca la acción de esta última entrega, 1961, en Alemania del Este. Rebecca descubre que su marido Hans es miembro de la policía secreta de la Alemania Oriental y que se casó con ella solo para espiar y atormentar a su familia política. Pronto Follett establece un interesante paralelismo entre la falta de libertades en la República Democrática Alemana y la privación de los derechos civiles de los negros al sur de los Estados Unidos, donde el mulato George Jakes, estudiante de Harvard, se enfrenta a grupos xenófobos –el episodio que transcurre en Alabama del autobús es tan aterrador como verosímil– y consigue hacerse un hueco en la carrera jurídica y asesorar al mismísimo presidente John F. Kennedy, quien a su vez mantiene una tórrida relación con una mujer negra. Mientras, en el Kremlin, Dimka Dvorkin, trata de permanecer al lado de Nikita Khrushchev, mientras se convierte en mentor de un joven prometedor: el reformista Mijaíl Gorbachov.
El fin de Ken Follett es ante todo examinar los principales hitos de la historia del siglo XX a través de un escenario variopinto en el que, salvo esos hechos históricos, predomina la ficción. Más de dos tercios del libro se centran en los años que van desde 1961 a 1968, describe el levantamiento del Muro de Berlín y llega a recrear sirviéndose de un punto de vista familiar y cercano la crisis de los misiles de Cuba, siguiendo las circunstancias del transporte de cabezas nucleares de la Unión Soviética a la isla. Sin embargo, la década de los años 70 y el escándalo Watergate no han merecido tantas páginas, así como la década de los 80. Seguramente Ken Follett no sea un genio de la literatura, pero no se le puede negar que su pluma se ha hecho un hueco entre los narradores actuales más destacados del panorama internacional. Su estilo sólido y riguroso, asesorado en este caso por un historiador de primera como Richard Overy, le han servido para convertirse en el rey absoluto de la ficción popular y el escritor de masas por excelencia.
DAVID FELIPE ARRANZ
EL UMBRAL DE LA ETERNIDAD Ken Follett Plaza & Janés. Barcelona, 2014 1.152 páginas. 24,90 euros Una versión de este artículo aparece publicada en el número de noviembre de 2014, 257, de la edición impresa de la Revista LEER. Disponible en quioscos y librerías de toda España (¡suscríbete!).