¿Es toda política una ilusión? Más aún, ¿debe serlo toda política merecedora de ese nombre? En un sentido, la ilusión ideológica es el resultado de una confusión o disociación entre lo real, observable o no, y lo ideal; entre lo posible y lo deseable; entre lo verdadero, lo bueno y lo justo. Pero, por otro lado, es tentador pensar que toda acción política debe ilusionar, es decir, generar entusiasmo y proyectar hacia el futuro a aquellos que quieren modificar el presente. En ese fino intersticio conceptual es donde reside la utopía, una difícil posición de la que sin duda se deriva toda su rica ambigüedad.
Desde el comienzo mismo del pensamiento político, el ser humano ha mostrado su insatisfacción con el mundo en el que vivía, creando en su mente alternativas mejor ordenadas, más justas y más razonables. Sin embargo, a la utopía tampoco le han faltado críticos. Hume decía que “de todas las clases de hombres, la más perniciosa es la de los forjadores de utopías, cuando tienen en su mano el poder; y la más ridícula cuando no la tienen”. Bien es verdad que si observamos la realidad como lo hacían Maquiavelo o Hobbes, la acción política se rige por la ley del más fuerte y la utopía, por lo tanto, no es más que vana ilusión; pero también que, tal como sugería Rousseau, la política no es nada si no es capaz de transformar la fuerza en ley. ¿Es concebible aceptar esta naturaleza ambivalente del pensamiento utópico? Quizás sea útil en este sentido la distinción de Raymond Aron entre “política del entendimiento” y “política de la razón”: la primera, más empírica, corre el riesgo en ausencia de la segunda de degenerar en resignación; pero la segunda sin la primera es ceguera.
Con el fin de explorar la compleja riqueza de la noción de “utopía”, los profesores de filosofía de la UNED Moisés González García y Rafael Herrera Guillén han coordinado un grupo de expertos españoles, portugueses y latinoamericanos cuyo trabajo se plasma con la publicación del libro Utopía y poder en Europa y América (Tecnos). Se trata de una obra muy completa y que abarca un amplio rango temporal: desde la utopía, el cosmopolitismo y el imperialismo en la Antigüedad clásica estudiados por Salvador Mas, hasta el fenómeno actual de los indignados, pasando por los artículos de Antonio Sánchez y Carlos Gómez dedicados al pensamiento utópico de varios filósofos del siglo XX o por mis propias contribuciones sobre la historia de los sueños tecnológicos y del concepto de distopía.
También es destacable el peso que América tiene en este volumen colectivo, como no podía ser de otra forma dado su carácter netamente «ibérico» o iberoamericano. Tomás Antonio Vásquez Arrieta introduce esta sección temática ofreciendo una visión de conjunto de las “desventuras del pensamiento utópico en América Latina”, mientras que autores como Alberto Valdivia Baselli, Hilda Naessens o Numas Armando Gil se encargan de explorar otros aspectos más concretos de la historia de la utopía en el continente suramericano como, por nombrar algunos, las reducciones jesuíticas del Paraguay entre 1609 y 1750, el liberalismo colombiano y su relación con la utopía o la visión continentalista de la Filosofía hispanoamericana en el siglo XXI. Hay también un capítulo que analiza el pensamiento utópico en Portugal y otro, a cargo de Teresa Botelho y Maria Teresa Castilho, las desventuras de la utopía en los Estados Unidos.
Es sabido que el descubrimiento del continente americano abrió un sinfín de nuevas posibilidades a los europeos del Renacimiento, estimulando con ello la imaginación utópica que, a partir de entonces, pudo proyectarse hacia ese nuevo mundo. Tradicionalmente eso se ha entendido como una relación de un solo sentido –de Europa a América– distinguiendo radicalmente ambos continentes y dotando así de cierta superioridad intelectual a lo europeo sobre lo americano. Sin embargo, la tesis que inspira este libro es considerar que tal diferenciación es artificiosa y falsa, pues el surgimiento de la utopía no puede entenderse sin el estado de ánimo que América insufló en el imaginario europeo a partir de 1492. Se trata, en definitiva, de un esfuerzo por incorporar al corpus teórico en español un texto que no solamente ofrezca una visión de conjunto, completa y exhaustiva de la utopía, sino que lo haga además bajo un prisma novedoso y plenamente actual.
HUGO CASTIGNANI
El próximo jueves 7 de abril se celebrará una sesión de Club LEER en torno a ‘Utopía y poder’ con los expertos Hugo Castignani, Moisés González, Rafael Herrera Guillén y Antonio Sánchez. A las 19:00 horas, en Espacio LEER.