Nos encontramos con Rafael Borràs el día de San Juan en su casa del Paseo de Sant Joan, en Barcelona.
Una vez al mes llamaba Gutiérrez a su despacho de LEER entre carcajadas. Al entrar ahí estaba balanceándose en su
Estaba en las quinielas, pero a la vista de las reacciones nadie parecía creer que la Academia Sueca tiraría por